
Es un homenaje a la libertad. A la capacidad de enamorarse, y de poner toda la ilusión en un solo momento. Un instante que, aunque perecedero, llena de sentido la existencia. “Ya verás” evoca la poesía que leíamos de jóvenes; recuerda a la tropa de amigas y amigos -“los marcianos”- con los que pensábamos cambiar el mundo. “Amo la voz de Lennon, los versos de Quevedo, y borracho de viento, me visto con su fuego”.

Somos ciudadanos del mundo
No tenemos una sola tierra, tenemos muchas tierras
No somos de un solo lugar, somos de muchos lugares
De alguna manera, todos somos migrantes.
No renegamos de nuestro origen, lo llevamos con orgullo por el mundo.
Puede cambiar el lugar en el que vivimos, el trabajo que hacemos, el idioma que hablamos, pero hay algo que nunca cambia: No cambia nuestro corazón.
